viernes, 13 de julio de 2007

Finitos recursos

Uno de los principios básicos de la Economía es que
Las necesidades crecen progresivamente en tanto que los recursos (para satisfacer tales necesidades) tienden a decrecer.

Uno puede analizar esto desde varias perspectivas.

Primero que nada uno podría tomar la postura más optimista/ingenua, "bueno puesto que Dios existe y es Infinito, perfectamente podría producir múltiples milagros para que todo el mundo tenga algo que comer".

Otra postura, la más pesimista (de quienes no tienen conciencia de la Primera Existencia), sería "hay que controlar el crecimiento de la población mundial. Hay sufiente hambre en el mundo".

Como siempre, la solución viene marcada por el Camino de la Moderación. Ciertamente hay hambre en el mundo pero no por ello debemos dejar de traer de hijos al mundo. Pero tampoco podemos pasar por este mundo sin habernos hecho corresponsables de la suerte de nuestros prójimos.

¿Recuerda usted el sunami que afectó a gran parte del sudeste asiático? Si este mismo acontecimiento hubiera sucedido hace unos 300 años, ¿cuántos muertos y damnificados sin ayuda alguna cree que hubiera habido? Muchos más que hoy en día, ciertamente. ¿Por qué? Porque la capacidad tecnológica de nuestros dias nos ha permitido partir al rescate y ayuda de la gente que se vió afectada por este infortunio de una manera rápida. Gracias a la globalización de la información, los ciudadanos de los países desarrollados pudieron enterarse casi enseguida de la desgracia que estaba aconteciendo y empezaron las tareas de ayuda - entre otras ejerciendo presión a sus gobiernos para que no se queden impávidos ante el dolor ajeno.

Como decía Najum Ish Gam-Zu,
"todo lo que Dios hace, lo hace para bien".

A pesar del dolor del trágico acontecimiento del sudeste asiático, esta fue la oportunidad para el mundo entero de ayudar con todo nuestro potencial. ¿Hubieramos podido ayudar de la misma manera hace 300 años?
Dios entregó en manos del ser humano todo el mundo para que lo administre y obtenga placeres legítimos de él, para que lo transforme en un lugar acogedor, donde la justicia no sea un lujo sino una virtud apreciada y valorada.

En esta administración del mundo debemos considerar por supuesto los recursos naturales y económicos. Si usted se pregunta si debemos o no debemos desperdiciar tales recursos, lo invito a que vea el siguiente video que explica el asunto usando como ejemplo el equipaje abandonado de los aeropuertos:
http://www.aish.com/societyWork/salomonSays/The_Land_of_Lost_Luggage.asp


_____________________
Sobre el autor: El Dr. J. Mayorga es Matemático de profesión, Suma Quan Laude y mejor graduado de su promoción en Escuela Politécnica Nacional - Ecuador. Obtuvo su Doctorado en Ciencias de la Ingeniería (Mención en Modelamiento Matemático) en Universidad de Chile - Chile. Su trabajo de investigación tiene que ver con métodos matemáticos de la Mecánica Cuántica. Ha sido Representante en Chile y Coordinador Internacional de Fundación Luz de Vida, creada con el propósito de promover entre los hispanoparlantes la observancia de las Siete Leyes Universales, herencia de las naciones de acuerdo con la tradición judía. Ha traducido del inglés al español "Los Siete Colores del Arco Iris" (Y. Bindman), "El Camino del Gentil Justo" (Ch. Clorfene & Y. Rogalsky) y "¿El Verdadero Mesías?" (A. Kaplan).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Juan, no estoy seguro que la frase que usted cita sea un principio de la Economía. Me da la impresión que usted se refiere a que los recursos son escasos, pero no es exactamente lo mismo.

Juan R. Mayorga Z. dijo...

Muchas gracias por el comentario Raùl. Estrictamente el pricipio considera que la Economìa trata con la satisfacciòn (cada vez màs) creciente de necesidades usando recursos escasos. Asì que efectivamente usted tiene razòn Raùl. El punto es que yo estaba pensando en recursos como el petròleo que no son renovables y que por tanto no sòlo que son escasos si no que de hecho decrecen en el tiempo. Pero hay recursos que pueden crecer en el tiempo, como por ejemplo la calificaciòn laboral. Gracias por su correcciòn Raùl. ¡Es usted siempre bienvenido!