Por Carmen H.
"Mami, ¿por qué no trabajas en una oficina?" Esta fue la pregunta que me hizo mi hijo cuando apenas tenía cinco años. Recuerdo que su carita se veía triste y con un poco de verguenza. En su jardín infantil los niños habían estado hablando sobre los trabajos que tenían sus madres y, cuando le tocó el turno a mi niño, el sólo pudo decir "mi mami no trabaja, pasa sólo en la casa".
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